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Metaverso y realidad virtual, un binomio real
06/09/2022

Metaverso y realidad virtual, un binomio real

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Llevamos muchos años a la vanguardia de la tecnología de las telecomunicaciones y la innovación digital. Y, justo por eso, sabemos que a veces cuesta seguir el ritmo. No es motivo de angustia, en Orange estamos decididos a ser los sherpas de nuestros clientes en una nueva parcela tecnológica que está llamada a cambiarlo todo: el metaverso.

Desentrañar los misterios del metaverso puede parecer complicado aunque no lo es tanto, en realidad. Es verdad que se habla de metaverso virtual, pero la diferencia entre metaverso y realidad virtual es importante. Sobre todo porque ambos conceptos no son exactamente sinónimos, aunque se complementen entre sí.

Diferencia entre metaverso y realidad virtual

Ya hemos hablado en este mismo espacio de la definición de realidad virtual. Es, en resumen, una tecnología — o más bien un conjunto de tecnologías y lenguajes de programación — que permiten recrear en imágenes y gráficamente la realidad física, cada vez con más detalle. A pesar de todo, la realidad virtual es una herramienta con determinados márgenes y limitaciones. No es posible aún recrear en realidad virtual un mundo totalmente abierto, exactamente igual al mundo «real».

Las aplicaciones de realidad virtual (RV) establecen límites ligados al objetivo de ese contexto digital concreto. Es decir, si una de las aplicaciones virtuales es un videojuego RV, por ejemplo, la «realidad» que ese videojuego recrea estará delimitada a ciertos escenarios, movimientos, objetos, personajes, tiempos y normas, por muy realista que el entorno virtual resulte.

Y es aquí donde entra en juego el metaverso. El metaverso pretende usar la RV para eliminar los límites que existen hasta el momento y construir un mundo virtual mucho más extenso, sin esos márgenes definidos.

El objetivo potencial del metaverso es conectar diferentes espacios de realidad virtual, ahora independientes, para que conformen un mundo digital lo más abierto y continuo posible. Es decir, en el metaverso será posible sumergirse en ese videojuego que hemos puesto de ejemplo y, una vez acabada la partida y sin salir del metaverso, asistir a un concierto, visitar tiendas, comprar artículos, viajar e incluso «vivir» en una casa que habremos podido adquirir, como hacemos en el mundo físico. La realidad virtual es la herramienta, mientras que el metaverso es el ecosistema que se crea gracias a ella.

Entonces ¿será posible vivir de forma permanente en el metaverso?

Teóricamente sí, aunque se trata de un escenario ubicado en el medio y el largo plazo. En realidad, no seremos nosotros quienes estemos presentes de manera permanente en el metaverso, sino nuestro avatar o representación digital. Aunque nosotros no estemos conectados en todo momento, nuestro avatar sí estará en el metaverso —inactivo, pero presente—.

Hay que entender que el metaverso es sinónimo de interconexión, interacción y comunicación entre personas, entidades, empresas, espacios, etc. Y que el metaverso tendrá una vida propia, aunque una persona en concreto no esté conectada en todo momento. La «vida» que los diferentes usuarios desarrollen en el metaverso además de otras entidades, como las inteligencias artificiales harán del metaverso un ente digital con «vida» propia y con la aspiración a crecer de manera exponencial hasta ser tan extenso, complejo y completo como el mundo real.