Realidad Virtual: Negocios que nunca te hubieras imaginado

Cuando irrumpe en el escenario social y económico una nueva tecnología —e Internet es un claro ejemplo histórico— suelen emerger oportunidades laborales y modelos de negocio totalmente innovadores. En algunos casos se trata de modificaciones de realidades empresariales y del empleo que ya existían previamente, adaptadas a las nuevas necesidades que requiere la tecnología; en otros, son perspectivas totalmente novedosas. Con la realidad virtual está sucediendo algo así: a medida que crecen los proyectos y los modelos comerciales en el entorno virtual surgen nuevos negocios.

La formación más allá de las gafas de realidad virtual

Muy pronto, los dispositivos como las gafas de realidad virtual o VR Headsets, serán accesibles para todo tipo de bolsillos. Esto permitirá introducirlos en las clases y los centros educativos como un recurso de formación más. Pero enseñar y aprender en un entorno de realidad virtual necesita de un enfoque didáctico y conceptual diferente del que impera en la actualidad.

Del mismo modo que la proyección de un recurso audiovisual enriquece una explicación teórica de aproximación «clásica» —como una clase magistral—, unas dinámicas de aprendizaje en un entorno de realidad virtual cambian las reglas por completo. El alumnado quizás no necesite desarrollar unas habilidades especiales, pero los expertos en educación y el profesorado sí.

Cualquier empresa centrada en la educación, que diseñe protocolos, entornos y recursos para la realidad virtual y que, al mismo tiempo, se encargue de formar a los formadores puede experimentar un enorme crecimiento a corto y medio plazo.

Desarrollando productos y experiencias para la realidad virtual

Los expertos en marketing ya lo advierten: la realidad virtual requerirá del sector privado un «cambio de chip» en lo relativo a cómo percibe, entiende y vende sus productos y servicios. Algunos de ellos tendrán su contraparte en puntos de venta físicos, pero éstos a su vez serán cada vez menos frecuentes y sólo se lo podrán permitir empresas con grandes recursos.

Un alto porcentaje de empresas tendrán que focalizar sus esfuerzos en la venta en la realidad virtual. Y esto, a su vez, requerirá de la participación de compañías especializadas en asesorar y colaborar con estas empresas en el desarrollo de productos y servicios —o en su adaptación, cuando sea necesario— que deberán seguir unas nuevas reglas, para captar la atención competitiva de los potenciales compradores. Y, en algunos casos, en un pivotado completo de su oferta.

Porque la realidad virtual es, ante todo, una vivencia experiencial de los usuarios. Otro negocio hasta ahora inexistente —pero que puja cada vez con más fuerza— es el que presta atención precisamente a este aspecto: la experiencia de usuario. Asegurarse de que, a través de las gafas de realidad virtual, el usuario y potencial comprador vive una experiencia fluida, entretenida, placentera y enriquecedora será un factor competitivo esencial. Por eso, los «diseñadores de experiencias» ya se están cotizando.

Además, la realidad virtual y la realidad aumentada sacarán mucho partido de los eventos. Ya sea en metaversos o en otros contextos digitales el event planner será clave. Igual que una empresa de organización de eventos físicos está pendiente de el espacio, la ambientación, el catering o la seguridad —por ejemplo— la realidad virtual requerirá de profesionales que dominen el desarrollo de software, la producción de entretenimiento vía streaming en directo o el control de acceso e identidad de los avatares, por citar sólo algunos aspectos. Las oportunidades que ofrece la realidad virtual para «dar a luz» a negocios que no imaginamos hoy son, literalmente, infinitas.